martes, 28 de abril de 2020


Escrito III.                                                                                                             Lic. Patricia G. Ramos
Sueño-Pesadilla-Realidad.

“El enorme reloj de ébano dio las doce. Una esbelta figura envuelta en una mortaja descubría la nada que la máscara mantenía oculta. Con movimiento preciso se agachó y tomó del suelo un puñal y con paso decidido caminó hacia mi . Me despierto. “
Edgar me miró con curiosidad y con ademán ansioso me pidió que le contara el sueño.
“Ese día había trascurrido como tantos en estos tiempos de encierro. No había novedades en la vida diaria y el tiempo dependía de los los vaivenes del ánimo. Esa noche tuve un sueño.
Próspero era un príncipe divertido, fuerte y estrafalario. Eran tiempos de peste. Las personas morían en un abrir y cerrar de ojos corroídos sus cuerpos por el maldito contagio.
Próspero eligió a un puñado de cortesanos, bufones y bailarines y decidió encerrarse en uno de sus castillos. Hizo levantar el puente que lo separaba del exterior y soldó las cerraduras de los altos portones para evitar cualquier contagio.
Había acondicionado un ala del castillo con siete habitaciones decoradas de siete colores distintos. Los ventanales llevaban sus vidrios del color de cada recámara. En la naranja eran naranja.Los de la violeta, verde, amarilla, azul y púrpura seguían el mismo patrón. La séptima era la habitación negra. Terciopelos de tela colgaban de sus paredes, también pintadas de negro. En ella los vidrios de sus amplios ventanales eran color escarlata. En una de sus paredes colgaba un reloj de ébano.
Ninguna de las habitaciones tenía otra luz que la que entraba por sus ventanales. Solo por el largo pasillo por el que se ingresaba a ellas, podían verse lámparas de aceite que con sus llamas se inmiscuían en el interior de las mismas.
Un día Próspero decidió hacer una grandiosa fiesta de máscaras. Las había de todo tipo, las siniestras, desopilantes y  fantásticas. Al compás de los músicos las máscaras danzaban, desplazando sus cuerpos deformados por las luces, por los distintos recintos. Cuando el reloj sonaba, los músicos dejaban de tocar, los bailarines de bailar y un escalofrío corría por sus cuerpos. Cuando se detenía el ruido sordo y metálico del reloj, volvían los músicos a tocar, los bailarines a bailar acompañados de lujuria y vino.
En la danza, los cuerpos sufrían impensadas transformaciones. Las máscaras se tornaban siniestras.
Cuando el reloj dió las doce, los bailarines dejaron su danza, los músicos sus instrumentos, poseídos por inquietantes pensamientos. En ese momento una máscara, nunca vista, envuelta en una túnica oscura manchada de sangre, caminó hacia Próspero con paso decidido.  Cualquier buen observador hubiera visto acercarse a un espectro
Próspero, indignado ante el intruso que se atrevía a pasearse sin invitación, pidió que se lo desenmascarase. Los cortesanos aterrorizados no pudieron cumplir el pedido.  Próspero tomó su puñal y con paso firme se dirigió hacia la máscara. Antes de caer sin vida descubrió a la muerte que la misma ocultaba.”
Luego de un largo silencio, Edgar se llevó las manos a la cabeza y   me dijo - ¿ de quién es este sueño, tuyo o mio?. Y continúo -Tú sabrás de mi afección al delirio y al alcohol.
Una noche, pasada de amargura mi alma, terminé enredado en una pelea callejera. A la mañana siguiente me encontré tendido en mi cama, ensangrentado y con un puñal en la mano. Con los restos de sobriedad, escribí “La máscara de la muerte rojo”.
Los periódicos de ese día anunciaban la muerte de un alcalde en las inmediaciones de un bodegón de los suburbios.
Cada noche vuelvo al lugar y veo mis manos bañadas en sangre Esa pesadilla cambió mi realidad para siempre.
Con actitud angustiada, ví a Edgar perderse en el tiempo.


                                
 Basado en el cuento "La mascara de la muerte roja (1842) Edgar Allan Poe 


viernes, 24 de abril de 2020


La ceremonia del adiós                                                                           Lic Sara S. Dahan



Las calles vacías, los parques, las plazas. Las vías del tren, los andenes. El espacio público vacío.
Algunos transeúntes se cruzan. Barbijos sí, barbijos no. La mayoría sí. En los autos también. ¿That is the cuestion? me pregunto. Ser o no ser, usar o no usar.
¿Nos protegemos? ¿Los protegemos? ¿Individualismo o Solidaridad?
Nos miramos con desconfianza, con temor. Somos posibles enemigos, posibles contagiadotes, infectadores.
Los perros pasean a sus dueños. Algunos llevan protección en las patitas.
El sol se pone como siempre cada atardecer, así como salió por las mañanas. Y salen las estrellas, ahí están. Voy y constato su presencia: titilan, brillan.
Pero hay una especial. Cuando el cielo se pone dorado a eso de las 19 horas empieza a brillar Venus un corto tiempo para luego desaparecer.
La acompaña el canto agorero de ciertos pájaros que parecen anunciar el fin del mundo y de los tiempos. Poco a poco se disipan los colores.
Algunos vecinos nos saludamos, desde terrazas, ventanas, balcones. A las 21 hs. suena una sirena que nos recuerda que muchos siguen trabajando… arriesgándose.
No es la primera epidemia, pandemia, gripe mundial. Es la que nos tocó. Eso que fuimos no volveremos a ser. El aire trae a Pedro Páramo y sus fantasmas.
Busqué la etimología de pandemia: pan/ totalidad, demia/pueblo, el pueblo entero.
El dios Pan era el semidiós de los pastores y rebaños en la mitología griega, especialmente venerado en Arcadia. En la mitología romana se identifica a este dios como un fauno.
Era el dios de las brisas del amanecer y el atardecer. ¿Cuándo pasó a ser el dios de la muerte?

Busco a Borges en mi auxilio y me llega su voz entrecortada con algunos versos de El reloj de arena

…..
La arena de los ciclos es la misma
E infinita es la historia de la arena
Así, bajo tus dichas o tu pena,
La invulnerable eternidad se abisma.

No se detiene nunca la caída
Yo me desangro, no el cristal. El rito
De decantar la arena es infinito
Y con la arena se nos va la vida.

En los minutos de la arena creo
Sentir el tiempo cósmico: la historia
Que encierra en sus espejos la memoria
O que ha disuelto el mágico Leteo
…..


Seguimos a la espera de una mirada que nos devuelva la confianza en el porvenir.

miércoles, 22 de abril de 2020


Escritos II.                                                                                         Lic. Patricia. G. Ramos
Pandemia-Sujeto-Arte.

En la historia de la humanidad han habido singulares catástrofes que ocasionaron cambios permanentes para el sujeto y su entorno.

A dos de ellas son a las que voy a referirme para entender la pandemia que hoy venimos atravesando. 
La fiebre amarilla, ocurrida en Bs As en 1871 y la fiebre española de 1918 que dejaron su imborrable legado.

El estudio minucioso de aquellos acontecimientos, nos muestran la repetición de las conductas sociales y del hombre individual ante esos fenómenos: asombro, miedo, aislamiento, construcción de ideas conspirativas, negación, impotencia, contagios, muertes y reorganización social e individual.

Figura 1. episodio de la fiebre amarilla.... 1871
Tomaré para este texto, dos producciones pictóricas de las épocas referidas, para desarrollar la afección del sujeto frente a estos acontecimientos y la búsqueda de su reorganización.

Esta pintura pertenece a Juan Manuel Blanes (1830-1901), pintor uruguayo, que con su pincel nos hace testigos de parte de nuestra historia.

La escena se sitúa en uno de los tantos conventillos de San Telmo, por entonces ocupados por la inmigración italiana y española. La presencia de la muerte por la epidemia, está representada por la mujer que yace muerta en el suelo mientras un pequeño tironea de su vestido buscando su pecho. Los dos hombres son los Dres Argerich y José Roque Ruiz que muestran reverencia e impotencia frente a la muerte de la mujer. En la cama hay un hombre muerto y también se observa la presencia de un joven que manifiesta una indiferencia fingida.

La obra condensa parte del acontecer histórico de ese momento. Nuestros ojos capturan la imagen mientras la mirada escinde al yo y   al cuerpo. Ya no soy quién creía ser. Mi cuerpo tampoco es el mismo. Momento de la aparición de afectos penosos. Las identificaciones no se hacen esperar Todos somos impotentes frente al virus. Todos podemos morir. 

Ha de ser la singularidad de cada sujeto lo que le permita tomar posición frente a esta catástrofe. Algunos saldrán al auxilio del que padece, otros fijarán su mirada perpleja en la joven muerta, muchos tomarán la escena y emprenderán diferentes búsquedas para salir del horror que eso causa. 

¿El artista lo habrá logrado a través del acto creativo?
Esta obra pertenece a Edvard Munch(1864-1944),pintor y grabador Noruego ,conocido por su pintura “El grito”.
Figura 2. Autorretrato después de la gripe 1919
Munch padeció el contagio de la gripe de influenza, H1N1, llamada gripe española.

La escena es el autorretrato de su convalecencia. Podemos notar en su rostro secuelas de la enfermedad. Un gesto consumido en un cuerpo debilitado. Esparcidos en la cama, los restos de la muerte que no fue pero que espera.” Eso” desdibujado en la cama que aparece magistralmente en los trazos del autor.” Eso” que no es del todo visible pero que produce efectos en lenguaje a veces devastadores. También se observa una pincelada azul en la cabecera de la cama. ¿Un ángel? Munch decía que su vida tormentosa y desgraciada estaba protegida por ´´ángeles negros¨.

Esta pintura nos muestra la intimidad del sujeto que padece, su angustia, su soledad. Allí el observador transfiere su mirada y aparece el sujeto que siendo sujeto del lenguaje sabe de la finitud de la existencia.

J.Manuel Blanes Y Edvard Munch reproducen en sus obras un saber con dimensión de verdad, el intento de inscripción de lo inefable,  de lo innombrable. El conocimiento es la ganancia de saber que el ser humano puede aportar a la existencia. El lenguaje, es el lazo para llegar a él.

Munch decía-“La muerte la padecemos con el nacimiento-nos queda la más extraña experiencia: el verdadero nacimiento que se llama muerte-¿nacimiento a qué?

domingo, 19 de abril de 2020

Escritos Psicológicos en tiempo de Pandemia

Escrito 1:                                                                                                    Lic. Patricia G. Ramos

Estos escritos tienen un destinatario, el sujeto en tiempos de cuarentena. Y una meta,construir nuevos lazos de contención y acompañamiento en momentos de incertidumbre.
La presencia invisible y destructiva del covid 19 nos lleva a vivir una situación inédita en nuestro contexto país y en el mundo entero.
Las medidas tomadas temprana y oportunamente, escinden nuestro espacio, constituyéndolo como ajeno y extraño.
La cotidianeidad se interrumpe sin darnos tiempo a organizarla. Así se pausan acciones que quedan aplazadas y proyectos que quedan postergados.
El espacio se reduce y el tiempo es una entidad sin límites precisos que arrasa con el orden acostumbrado .El tiempo devela que solo cobra sentido si se le transfiere una mirada subjetiva.
Como sujetos deseantes quedamos perplejos, inhibidos y angustiados frente a este novedoso fenómeno.
La incertidumbre despierta fantasías que paralizan nuestros actos. Miedo a morir, miedo a perder el trabajo, acompañado de síntomas singulares de esta época: insomnio, ansiedad, irritabilidad, ataque de pánico, llanto inmotivado. Un abanico de afectos que van desde la negación peligrosa  al estado de perplejidad.
Las ansiedades generadas por la suspensión de actividades pautadas nos descubre faltando a nuestra propia cita.
En este escenario el sujeto manifiesta su vulnerabilidad, sin garantías de otro que posea respuestas certeras .El otro también está afectado y desfalleciente. Es tiempo de angustia y desesperanza.
El saber se irá construyendo junto a los avatares del virus así como nuestro ser en tiempo de pandemia.



En los tiempos de la pandemia y cuarentena obligatoria

                                                                                                                  Lic Sara. S. Dahan


El tiempo se ha detenido. Permanecemos en el mismo espacio, que dejó de sernos familiar.
Estamos en otro tiempo y otro espacio. Oportunidad de construír algo nuevo y no seguir repitiendo lo mismo?
Todos salieron a proponer películas, óperas, libros, obras de teatro, series, yoga, meditación, ejercicios, formas de hacer barbijos, recomendaciones, re envío de miles de audios y videos….etc.,etc. Etc.!
A inundar compulsivamente todos todos los espacios disponibles, para estar en contacto, para transmitir algo, para no sentir el vacío, por no saber qué hacer con el tiempo….
Además que todos los días son el mismo día repitiéndose incansablemente como El día de la marmota, película vieja que seguramente vieron y tiene un final feliz.
Qué hacer con el tiempo y espacio? Qué hacer con el ser? Con esto que somos de lo que sabemos tan poco… se habla de grandes oportunidades de descubrir algo, de hacer algo largamente postergado…
Sin embargo, lo que sobreviene es el insomnio, el sueño cortado, no permitiéndonos soñar, estar en una pesadilla permanente esperando la próxima bomba que vaya a caer sobre nuestras cabezas…
La irritabilidad, los cambios de humor, el destrato a los más cercanos, la poca tolerancia, la incertidumbre que cala hondo junto al invierno que se acerca. Hasta cuándo durará esto y después qué?
Volveremos a ser la peor copia de nosotros mismos??

Espero que no. Que podamos aprender que este es el mensaje que nos devuelve el planeta ante tanto maltrato y desconsideración.

El tiempo

                                                                                                                              Lic Sara. S. Dahan
                   
Un fenómeno extraño ha ocurrido. El tiempo está detenido y es como si no estuviese, como si no hubiese tiempo.
Algunos hablan del tiempo comprimido, otros de la dispersión que esta situación provocó, otros de que lo llenamos con tantas cosas que ni nos damos cuenta que hay un tiempo…
Yo creo que se lo robaron. Que esta categoría kantiana dejó de existir a partir del momento que algo de la vida cotidiana se interrumpió y ya nadie sabe ni qué tiene que hacer ni en qué dia vive.
Dicen que en la muerte hay espacio y no tiempo. Bueno, algo de esto está ocurriéndonos. Algo de habitar la muerte anticipadamente, además de los duelos por todo lo perdido.
Me estoy refiriendo a que algo quedó trastocado para siempre, quedando invadidos los espacios de la vida. Salir, caminar, trabajar, amar, abrazar, jugar, estar en una plaza, un río, una playa…
Se acuerdan cuando en la Historia sin fin, la princesa que se llamaba Fantasía creo, se estaba muriendo porque La Nada lo invadía todo y se iban perdiendo todos los recuerdos y la memoria del hombre?
Alguien/algunos podrían preguntar quién nos robó el tiempo? Quién tiró las torres gemelas un 11 de setiembre? Qué virus nos mandaron de china? Que tiene que ver estados unidos?
Perplejos asistimos a números de muertos, contagiados, estadísticas que neutralizan todo sentir… quédense en casa! No hagan nada, no piensen nada, no sientan nada…atibórrense de productos y consuman que lo saben hacer tan bien!
Cuál es el tiempo ganado? Cuál el perdido? Cómo recuperaremos tiempo?  Cómo haremos más vivible la vida? Más productivos los días y las noches? Cómo volverá a haber tiempo??
Podremos pasar de consumir tiempo a generarlo? Podremos construír otro tiempo? Recuperarlo de otra manera?